Ya sea que una marca ya está establecida a nivel internacional o sea un recién llegado al fenómeno de la globalización, en el intento de impulsar la participación de los usuarios se gastan sumas exorbitantes de dinero en nombre de la creación de contenido digital atractivo. Pero, ¿cómo logras que tu contenido de marca resuene en el público internacional? Para que una campaña dé en el blanco en una variedad de lugares, la localización y la transcreación también deben jugar un papel junto con la traducción al administrar el contenido de una marca.

Traducción: llevar un mensaje de origen a destino

Cada proyecto de traducción implica que el traductor añade su criterio y habilidad para capturar la esencia y el significado de la fuente. Por lo general, cuanto más abstracto es el documento, es probable que haya más variación entre dos traducciones, aunque ambas se consideren correctas. 

La traducción de un poema, por ejemplo, incluirá más variaciones que la traducción de las instrucciones de funcionamiento de un producto. El poema necesitará una interpretación más precisa para capturar la emoción y el mensaje que el autor quiso transmitir, mientras que las instrucciones de funcionamiento son más concretas y por ende más fáciles de traducir.

La traducción se puede definir entonces por dos características principales:

  • El contenido permanece igual
  • Las imágenes, el diseño y el vocabulario de la marca no cambian

Localización: adaptación cultural del mensaje y del producto

Por definición, la localización es el proceso de ajustar las propiedades y características funcionales de un producto para adaptarse no solo a la diferencia en el idioma a un nivel básico de traducción, sino también a las diferencias culturales, políticas y legales de un mercado extranjero.

La localización puede marcar la diferencia entre que un producto sea ampliamente aceptado en un mercado extranjero o sea rechazado rotundamente. Podemos definir este proceso con tres características principales:

  • No el contenido, pero el significado del contenido permanece igual
  • El idioma se traduce de una manera culturalmente apropiada
  • Las imágenes y el diseño se cambian para cumplir con las expectativas locales y las necesidades del producto

Transcreación: la emoción que se suma a la traducción

A medida que la localización va más allá del lenguaje para abordar la adaptación cultural, la transcreación le agrega un escalón más a todo este proceso al adaptar matices, modismos, habla y fraseo. La transcreación permite que los comercializadores locales moldeen un producto para que lleve la semilla de un mensaje publicitario global y lo haga crecer en el suelo de su mercado nativo, aunque esto implique la adaptación de palabras, imágenes o incluso videos.

La transcreación se puede definir entonces con tres características principales:

  • Diferentes contenidos desarrollados para cumplir con los objetivos comerciales
  • Desarrollado en el idioma local
  • Las imágenes y el diseño se cambian para cumplir con las expectativas locales y las necesidades del producto
  • Se mejora y amplía el vocabulario de la marca