Contar con gestión de terminología es una herramienta poderosa que ahorra tiempo, energía y dinero, especialmente cuando se utiliza junto con memorias de traducción y herramientas TAO.
La esencia de la gestión terminológica es la creación y actualización de bases de datos terminológicas que contienen listas de abreviaturas, acrónimos, sinónimos y definiciones de términos específicos de la industria o de la empresa, tanto en el idioma de origen como en el de destino, con el objetivo de estandarizar el mensaje comercial.
Definición de la gestión terminológica
La gestión terminológica se puede definir como todo lo que refiere a la documentación, el almacenamiento, la manipulación y la presentación de la terminología. Su gestión eficaz es muy importante para los traductores, pero también es importante para las empresas clientes y para aquellos profesionales que trabajan con conocimientos especializados.
Cuando la terminología se gestiona adecuadamente aumenta la coherencia en los productos del idioma de origen, mejorando así su legibilidad; además de reducir los problemas de traducción que bien pueden derivarse de la redundancia terminológica.
La importancia de la gestión terminológica
Básicamente, la gestión de la terminología permite que un traductor o una agencia de traducción almacene y recupere términos actualizados, lo que les permite integrarse en un documento traducido. Muchas empresas utilizan una herramienta de gestión terminológica solo para estos fines. En definitiva, una herramienta de gestión terminológica o una base de datos que almacena información actualizada sobre los términos que se utilizarán en la traducción ahorran tiempo y energía tanto para el traductor autónomo como para las agencias de traducción.
Por qué se utilizan herramientas de gestión terminológica
Hay varias razones por las que un traductor autónomo o una agencia de traducción pueden elegir utilizar una herramienta de gestión terminológica.
La primera razón es que la terminología puede cambiar y, si se utilizan términos antiguos en un documento de traducción, esto puede generar confusión e incoherencias.
La segunda razón es que las herramientas de gestión terminológica pueden aumentar la eficiencia del trabajo, además de ser muy fáciles de usar: los traductores dedican gran parte de su tiempo a la búsqueda de terminología, y esta búsqueda implica localizar toda la información necesaria para captar el significado del concepto y utilizarlo adecuadamente. Este proceso de identificación de datos tecnológicos requiere mucho tiempo para un traductor y puede ocupar hasta el 75 % del mismo, por lo que generar herramientas que lo agilicen es sin duda sumamente valioso.
Por último, pero no menos importante, la calidad de la traducción final siempre dependerá de la calidad lingüística del material fuente, por lo que una base de datos terminológica también podrá entenderse como una herramienta de control de calidad previa a la traducción que ayudará a mantener el estándar durante el proceso de traducción y, naturalmente, el resultado final.