Un buen libro de cocina se logra a través del aporte de distintos profesionales: desde el autor y su equipo de catadores hasta los editores que formatean y revisan minuciosamente todo, cada persona que forma parte del proyecto se compromete para que el resultado final sea el esperado.

La razón por la que amamos estos tomos brillantes es que la comida y la cocina son lenguajes de amor internacionales. Compartimos la comida que hacemos con nuestros seres más cercanos y queridos para demostrarles que nos importan y que los queremos y, a su vez, cocinamos para extraños y conocidos como una forma de compartir una parte de nosotros mismos.

Cocinar a través de las barreras del idioma

Nuestra historia y tradiciones, nuestra cultura y gustos adquiridos, se expresan en los alimentos que preparamos. La comida es una de las mejores, más antiguas y deliciosas formas de aprender sobre personas y culturas de todo el mundo. Un buen libro de cocina captura esa magia entre sus portadas. Para que estos tesoros culturales estén disponibles para la mayor cantidad de personas posible, la traducción profesional es fundamental.

Vocabulario

Cualquiera que haya intentado usar una receta escrita en un idioma que no habla o no lee le dirá probablemente que es difícil. Conocer algunas palabras comunes como harina o mantequilla no es suficiente, ya que el vocabulario de la cocina al igual que lo que sucede con cualquier otra disciplina, es bastante especifico y se requiere de un profesional que lo conozca a fondo.

Cuando llega el momento de traducir un libro de cocina, el vocabulario es un primer paso importante. Es fundamental tomarse el tiempo para encontrar un traductor familiarizado con el idioma y la cultura, ya que la combinación de estos dos aspectos será lo que hará que se logre una traducción fiel al contenido y al espíritu del mismo. Una traducción debe ser tanto lingüísticamente correcta como culturalmente apropiada.

Mediciones

Las medidas de cocción no son estándar de un país a otro. Un libro de cocina traducido debe tener ediciones específicas para cada público. 

Ingredientes

Los ingredientes utilizados en un libro de cocina sin duda están disponibles en el país de origen del autor. ¿También están disponibles en todos los países en los que se publicará el libro? Una traducción verdaderamente reflexiva le dará al lector ideas sobre dónde pueden encontrar ingredientes locales en sus países.

Es posible que algunos ingredientes no estén disponibles en los lugares donde se publicará el libro de cocina, por lo que tanto el autor como el traductor deberán asegurarse de proporcionar sustituciones que sean accesibles y no excesivamente caras para quien está del otro lado.

Utensilios de cocina

Si piensas que todos los cocineros del mundo tienen las mismas ollas y sartenes, estás ante un gran error: todos los cocineros del mundo tienen las herramientas y los utensilios que necesitan para cocinar sus recetas, pero lo cierto es que estas varían de país en país y de cultura en cultura. 

Es importante poder asegurarnos de proporcionar explicaciones para las herramientas no estándar y decirle al lector qué son, cómo se usan y dónde encontrarlas. Si son caras o es probable que no estén disponibles en su región, se le deben ofrecer sugerencias para sustituciones si es posible.

Narrativa y espíritu del libro

Casi todos los buenos libros de cocina tienen un componente narrativo. No son solo página tras página de ingredientes con instrucciones básicas. La gente compra libros de cocina para conectarse con el autor y su cultura, así que es importante que el traductor profesional se asegure de que las traducciones capturen su estilo y sus historias de la mejor manera posible y así transmitirlas al lector sin que se pierda el espíritu principal de la obra.