La Odisea de Homero, probablemente escrita alrededor del 700 a. C., es uno de los poemas más antiguos de la tradición occidental, y cuenta con una larga historia de traducciones. La primera en latín fue en el siglo III a. C. por un esclavo llamado Livius Andronicus, mientras que la primera vez que se tradujo al inglés fue de la mano de George Chapman en el año 1614. Luego de Chapman le siguieron aproximadamente 60 traducciones más al inglés, todas realizadas por hombres. En el año 2017 Emily Wilson, estudiosa de los clásicos y la filosofía, rompió con esto transformándose en la primera mujer en la historia en haber traducido La Odisea al inglés.

Emily Wilson y su traducción de La Odisea

La Odisea es, sin duda, la primera gran historia de aventuras del canon occidental: se trata de un poema sobre la violencia y las secuelas de la guerra; sobre riqueza, pobreza y poder; sobre matrimonio, familia e identidad; y sobre viajeros, hospitalidad y los significados cambiantes del hogar en un mundo extraño.  

En relación a la traducción de Emily Wilson al inglés, la crítica coincide en que se trata de una versión vívida y fresca que coincide con el número de líneas del original griego, avanzando al paso vivaz de Homero. Emily Wilson emplea un lenguaje elemental, resonante y un pentámetro yámbico para producir una traducción con un encantador «ritmo y estruendo» que evita proclamar su propia grandeza. Una historia fascinante contada con una nueva voz convincente que permite a los lectores contemporáneos deleitarse con las descripciones y símiles de Homero y emocionarse con la tensión y la emoción de las aventuras de su héroe, dejando intacta la sensación de épica que se siente al meterse de lleno en esta fuente de la literatura mundial.

La versión nítida y musical de Emily Wilson, con sus detractores, se ha transformado en un hito cultural: Wilson ha producido una traducción que expone siglos de lecturas masculinistas de la pieza, que cambia la forma en la que se lee el poema en inglés. 

La introducción a modo de contexto

La traducción de Emily Wilson cuenta con una particularidad que vale la pena mencionar: el libro viene con una introducción de alrededor de 90 páginas en las que se realiza una contextualización detallada de Homero, sus tradiciones y las que forman parte del trasfondo social que compone a La Odisea como pieza, y una serie de descripciones que realiza la traductora a modo de explicar sus decisiones entorno al libro y a las traducciones empleadas.

Si bien los temas que se abordan en esta introducción pueden tornarse bastante académicos, resultan accesibles y fundamentales para comprender cuál fue la intención de Wilson a la hora de traducir.

La controversia

Una de las críticas que han recaído sobre Emily Wilson  en relación a su traducción tiene que ver con el uso de algunos términos, para algunos, problemáticos: Wilson es la primera traductora en describir al protagonista como «complicado» a raíz del término polytropos, que otros han traducido como «aventurero» u hombre que «va y viene por el destino».

Estas decisiones, que se encuentran explicadas en la introducción que Wilson hace en su edición, permiten corregir la misoginia anacrónica que aparecía en traducciones anteriores. En una de las secciones más inquietantes del poema, Telémaco asesina a todos los esclavos que se acostaron con los pretendientes de Penélope. Los predecesores de Wilson tradujeron términos de descripción de las mujeres jóvenes como un insulto misógino: «putas» y «criaturas», por nombrar algunos. Algunos dirían que simplemente estaban reproduciendo el sexismo de la era de Homero, pero según Wilson, la palabra griega antigua no tiene una connotación tan deshumanizadora. Más bien, simplemente se refiere a «mujeres». Ciertamente hubo misoginia en la época de Homero, pero este tipo específico de vergüenza sexual es un tipo de sexismo importado. En cambio, Wilson traduce esta palabra como «chicas», decisiones que le han valido críticas de algunos sectores pero que sin duda han significado algo trascendental para muchos otros y le han dado una riqueza diferente a la obra.