«Todo experto fue alguna vez un principiante» dice el popular dicho. Lo cierto es que todos hemos estado alguna vez en el lugar de ese novel profesional que aún no tiene muy en claro qué es lo que quiere hacer con su profesión o hacia dónde quiere apuntar en su desempeño laboral.

El sector de la traducción es sumamente vasto y cuenta con un sinfín de posibilidades de especialización. Elegir una rama sobre la cual profundizar resulta muy importante para el buen desempeño profesional y para ofrecer un servicio de calidad. Decantarse por una rama puede parecer un desafío al principio pero, ¿te parece volverte un experto en algo que ya has hecho antes o que disfrutas haciendo en tu tiempo libre? Es posible, y sin ninguna duda podrás ofrecer excelentes resultados haciendo algo que te gusta.

Vuélvete un traductor experto en lo que disfrutas

Refiriéndonos nuevamente a una frase popular, seguramente hayas oído alguna vez aquella que dice «elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida»: poder ejercer profesionalmente en algo que disfrutamos haciendo o sobre lo que tenemos algún tipo de conocimiento previo por practicarlo como afición es una gran manera de escoger una rama de especialización que nos permita compatibilizar trabajo con disfrute, además de que iniciaremos el camino para convertirnos en expertos con algo de ventaja.

Las posibilidades en el mundo de la traducción profesional son realmente muy amplias, por lo que siempre existe la posibilidad de encontrar un campo de actuación con el que nos sintamos familiarizados y disfrutemos: desde traducir documentos referidos a cuestiones deportivas, de literatura, cine o arte hasta trabajar sobre elementos específicos y con poca oferta como manuales de armado de aviones a escala; el mercado tiene opciones para todos.

La importancia de ser un traductor experto

Ser experto en una materia o temática determinada es fundamental para poder ofrecer un buen servicio de traducción: independientemente de la rama que elijas, tener conocimientos acabados sobre ella será lo que marque la diferencia con otro tipo de profesionales. Veamos por qué es importante estar especializado y volverte un experto en tu materia:

Idioma: una de las primeras señales de que una traducción no ha sido llevada a cabo por un experto es la falta de lenguaje técnico o especifico del área. Si se utilizan términos comunes para reemplazar lo que debería ser un lenguaje altamente especializado, no solo se corre el riesgo de sonar menos profesional, sino que el mensaje transmitido puede perder su intención específica.

Signos y símbolos: cada campo tiene una nomenclatura particular de la disciplina que se está discutiendo. Los signos, símbolos, abreviaturas, etc. son esenciales para la comprensión del mensaje.

Procedimientos: Al explicar un procedimiento, es imperativo que el traductor sepa no solo el significado de las palabras, sino también por qué se utilizan de la forma en la que están y cómo encajan en el panorama general del mensaje.

Ser especialistas en la temática con la que vamos a trabajar es importante sobre todo en un mundo en el que existe cada vez más oferta de profesionales de todo tipo. Por otro lado, hacer de tu afición preferida un ámbito de peritaje para ti definitivamente te allanará el camino y te permitirá aprovechar conocimientos que ya tienes y experiencias previas que le brindarán un valor añadido a lo que tienes por ofrecer.