Ya sea porque necesites traducir un documento para usarlo una única vez, o porque decidas confiar en una agencia de traducción multilingüe para proyectos en curso de gran escala, cuando se busca este tipo de servicios siempre se debe priorizar la calidad, la falta de errores y el buen manejo de la documentación enviada.
Errores que evitar al contratar agencias de traducción
Si estás buscando una empresa de traducción por primera vez, o si estás evaluando la precisión de tu proveedor de servicios de idiomas actual, aquí hay siete errores comunes que debes tener en cuenta antes de concretar un proyecto con cualquier agencia que ofrezca este tipo de prestaciones. Con un poco de atención y teniendo en cuenta estas recomendaciones te ahorrarás más de un dolor de cabeza.
Uso de software gratuito en traducción
Hay una gran cantidad de herramientas de traducción gratuitas disponibles en línea e incluso en las tiendas de aplicaciones, y muchas de ellas son extremadamente útiles si te encuentras en un apuro o si necesitas tener una idea general de algún contenido. Pero si estás buscando una traducción profesional para un proyecto específico o para algún asunto importante, presentar una traducción realizada con este tipo de programas no resultará de calidad.
La traducción literal
El ejercicio de la traducción profesional no se basa únicamente en tener la capacidad de trasladar mensajes de un idioma a otro: quienes ejercen esta profesión saben lo importante que resulta la capacidad de contextualizar lo que se traduce. Cuestiones como conocer la cultura del idioma original y de destino y saber cómo utilizar los giros lingüísticos en el idioma meta son cosas fundamentales para una buena traducción, y si percibes que la agencia con la que has contactado ofrece una traducción literal (o palabra por palabra) a la hora de trabajar los textos probablemente no sea la mejor opción para ti si buscas calidad.
Falta de comunicación y pocas preguntas
Siempre es mejor asegurarse de que quien esté haciendo el trabajo por ti al otro lado esté lo suficientemente informado de antemano sobre los requisitos y conozca muy bien el proyecto que tiene por delante. Es conveniente mantener una comunicación fluida entre ambas partes para dejar claras las instrucciones antes de comenzar con el proyecto.
No crean un glosario de traducción
En este caso se pueden dar dos situaciones: que la terminología venga ya impuesta por el cliente y este dé instrucciones de seguir la terminología corporativa para guardar una coherencia (en cuyo caso los traductores deberán respetar el vocabulario ofrecido por el cliente) o que el cliente se deje aconsejar por los profesionales a la hora de crear un glosario de términos de la empresa que después se deberá consultar a modo de referencia para futuras traducciones. Aquellos que usan herramientas CAT crearán algo similar de manera digital, como una memoria de traducción. A la hora de adentrarse en el proyecto, necesitarán esta importante lista de términos predefinidos para garantizar que sus traductores los usen de manera consistente y, por lo tanto, proporcionen coherencia y estabilidad a lo largo de los materiales traducidos.
No corrigen su trabajo
Vivimos en una época en la que estamos acostumbrados a obtenerlo todo de manera rápida, y cuando las herramientas en línea gratuitas e instantáneas pueden darnos lo que (creemos) que necesitamos en cuestión de segundos, es posible que se caiga en la tentación de una traducción automática a coste cero. Lo cierto es que si lo que deseamos son buenos resultados, tenemos que darle el tiempo necesario al profesional para poder adentrarse en la documentación y poder corregir el resultado final cuantas veces sean necesarias. Si una empresa de traducción no revisa, o solo revisa una vez, sin tener a un segundo lector de pruebas para verificar, probablemente sea el cliente quien termine por encontrar el error antes que ellos.