El trabajo de un traductor requiere de un gran abanico de habilidades: el arte de la traducción es mucho más que simplemente tomar un texto escrito en un idioma y transferirlo a otro. En relación a esto, no basta con tener conocimiento de idiomas para trabajar sobre traducciones especializadas, siendo esto especialmente importante en el caso de los traductores legales que requieren de ciertas aptitudes concretas.

La traducción legal

Se requieren numerosas habilidades en el complejo mundo de la traducción y, debido a la naturaleza misma de los documentos legales, trabajar con ellos puede ser un proceso muy exigente. 

Los profesionales muchas veces se enfrentan a serios desafíos cuando se les asigna este tipo de traducciones, porque simplemente no hay margen para el error en las traducciones legales: el más mínimo de estos puede ser muy costoso y tener consecuencias muy graves. Cuando se trata de traducir documentos legales, esta puede ser una de las áreas más difíciles de la profesión porque cada país tiene su propio sistema legal único, y con ese sistema a su vez surgen términos legales muy particulares y específicos.

Desafíos de la traducción legal

La propia naturaleza del derecho y el lenguaje jurídico contribuyen a la complejidad y a las dificultades que esconden las traducciones jurídicas. Por otro lado, también se deben contemplar las complicaciones características de cruzar idiomas en la traducción y el hecho de que se trata de dos sistemas legales con sus variaciones.

Los sistemas legales están adaptados y funcionan según las sociedades donde se han creado, y cada comunidad a su vez tiene su propia estructura cultural, social y lingüística. La ley y el lenguaje legal están ligados al sistema y reflejan la historia y la evolución de una sociedad, y estas diferencias entre ellos pueden derivar en ciertas dificultades a la hora de trabajar en una traducción. 

Falta de terminología equivalente

La falta de terminología equivalente en el idioma de destino es una de las dificultades más comunes a las que enfrentan los traductores al realizar traducciones legales. Esto implica que el traductor deberá comparar constantemente ambos sistemas legales, tanto del idioma de origen como el de destino.

Diferencias culturales

La ley puede considerarse la expresión de la cultura de un país, comunicada a través del lenguaje jurídico. Depende del traductor superar estas barreras culturales que existen entre el idioma de origen y el de destino.

Estilo legal

El lenguaje legal es un idioma en sí mismo: es un idioma muy especializado con un estilo propio, determinado por la cultura y las tradiciones legales del país de origen.

Grado de dificultad

Los niveles de dificultad varían entre los diferentes sistemas legales cuando se trabaja con este tipo de documentación. Por ejemplo, pueden darse las siguientes situaciones:

  • Dos sistemas legales con idiomas estrechamente relacionados, lo que podría resultar en una traducción relativamente sencilla.
  • Dos sistemas legales estrechamente relacionados pero con idiomas sumamente diferentes, lo que puede resultar en una traducción algo más compleja.
  • Dos sistemas legales completamente diferentes pero con idiomas estrechamente relacionados. Este escenario suele resultar en una traducción de considerable dificultad.
  • Dos sistemas jurídicos y lenguajes completamente ajenos. Esta situación resultaría en el mayor nivel de dificultad para el traductor que debe trabajar con este tipo de documentación.