La controversia entre la denominación del español que se habla en España como «castellano» o «español» ha resurgido nuevamente a raíz de una de las actuaciones que se llevaron a cabo durante la ceremonia de los Oscars el pasado 9 de febrero. Si bien esta discusión ya se encuentra superada por la Real Academia Española (RAE), lo cierto es que el debate volvió a abrirse entre la población y entre los especialistas o profesionales del lenguaje como consecuencia de una inocente actuación musical que se llevó a cabo en la entrega de premios.

Polémica en los Oscars por el castellano y el español

La Real Academia Española establece que pueden utilizarse tanto el término español como castellano para designar la lengua hablada tanto en España como en distintas naciones de Lationamérica. Sin embargo, a pesar de que la discusión parecía zanjada, volvió a surgir el debate después de que la cantante española Gisela participara en los Oscars en un espectáculo musical en el que distintas cantantes del mundo presentaron una canción de la famosa película «Frozen 2». Durante la actuación apareció un rotulo bajo el nombre de la cantante en el que se señalaba que esta estaba interpretando su canción en castellano, mientras que cuando le tocó a la mexicana Carmen Saharí el rotulo indicó que cantaba en español.

¿Existe alguna diferencia entre el español y el castellano? Lo cierto es que si bien en la práctica la RAE considera que utilizar estos dos términos para referirse a los hispanohablantes es correcto y está aceptado, la diferencia radica en que el término «castellano» deriva del dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, con el cual se llevó a cabo la conquista de América y que además se establecería como lengua oficial en el Imperio del emperador Carlos V.

Independientemente de las diferencias y de que cualquiera de los dos términos sea correcto para hacer referencia al habla hispana, lo cierto es que la RAE establece una cierta preferencia por utilizar el término «español» en vez de «castellano» por el simple hecho de que el primero carece de ambigüedad y cuenta con una definición clara e inconfundible, cosa que muchas veces con el castellano no sucede.